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Mostrando entradas de 2012

Némesis, de Isaac Asimov

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A Asimov le gustaba mucho la historia, estudió con detenimiento lo que ocurrió en Roma y supo sacar abundante provecho. Su magna obra, Fundación , le debe mucho a Roma y a los antiguos romanos. También esta Némesis , en la que se nos cuenta la huida de unos humanos del sistema solar para ir en busca de un lugar donde crecer y multiplicarse solos. Viajan a bordo de una gran nave, un Establecimiento, en el cual tienen todo lo que necesitan para vivir. Pero han cometido estos fugitivos dos errores imperdonables: guardarse para sí un descubrimiento esencial con que viajar cubriendo grandes distancias en tiempos más reducidos y no comunicar a la Tierra que una estrella, Némesis, algún día se acercará y destruirá la vida en nuestro sistema. Asimov  alterna la narración de lo que ocurre en el Establecimiento, llamado Rotor, con lo que está pasando en la Tierra, e inserta un hábil mecanismo de emociones mediante unos personajes emparentados entre sí que se añoran y están ineludibleme

José María Merino: La realidad quebradiza

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Con una desafortunada introducción en la que el compilador, Juan Jacinto Muñoz Rengel, confunde humor con gracia y presentación con pequeña exhibición (¿para qué incluirse cuando se habla de otro?), este es un libro valioso, como todos los que llevan dentro escritos de ese gran maestro que es José María Merino. Se agradece el añadido de la conversación final -motivo bastante para decidirse a comprar el libro-, en la que habla Merino, como siempre, con claridad y toda la sinceridad posible. 

José María Merino: La orilla oscura

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Con La orilla oscura logró José María Merino una de las plasmaciones más rotundas que se han conseguido en el arte de novelar partiendo de la idea de que una novela es algo autónomo, con leyes propias y significación poliédrica y uniforme a la vez. Tocado por ese don acaso mágico que roza a unos pocos a lo largo de muchos años de lectura y escritura, dio vida a una novela sencillamente perfecta, de trama cíclica e inacabable, con tanta imaginación dentro y tanta narratividad de primera que no es osado calificarla como una de las novelas esenciales de las últimas décadas y una obra de importancia creciente e inagotable. Pues es La orilla oscura un clásico mayor de nuestras letras, una de las creaciones literarias de mayor fuste, y está preparada para sobrevivir tanto tiempo como lo haga el arte literario. La condensación de temas y el despliegue imaginativo de los mismos en asombrosas y cautivadoras historias que abren vías siempre inacabables en la novela lo atestiguan. Pocas v

Rosa Montero: Lágrimas en la lluvia

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Esta novela está pensada y escrita para el disfrute, para reivindicar el goce de la lectura, de la aventura literaria, y no defraudará a quienes con esa idea clara se acerquen a ella. Porque Rosa Montero la ha alumbrado en un momento de su carrera de escritora en el que apuesta por el lector desenfadado, desacomplejado, imaginativo y libre. Ninguna necesidad tenía la madrileña de apostar, con sesenta años ya cumplidos, por la ciencia ficción, ninguna por confiarle a ella parte de lo mejor que puede dar de sí misma, de su mejores sueños, de sus más hondos recuerdos también -hay partes de la historia que remiten a datos biográficos innegables-, ninguna necesidad de desafiar calladamente a los sesudos y a los de la ceja levantada que dudan de que en los géneros haya algo más que materiales de derribo. Y yo celebro que lo haya hecho, que se haya atrevido, que haya inscrito su nombre sin miedo en el grupo de los cultivadores de relatos de ciencia ficción. Porque la novela promete g

Latinoamerica fantástica (selección de Augusto Uribe)

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Aunque cuando fue publicado llevaba una frase bajo el título para animar a los lectores de ciencia ficción en la que se les decía que en el libro se incluía la "más moderna ciencia ficción de los países de América del Sur", lo cierto es que en este volumen apenas hay un par de relatos que podrían considerarse emparentados con lo canónico , y no importa en absoluto, pues se trata de un antología excelente, sólo con uno o dos relatos que podríamos considerar acaso menores. Augusto Uribe eligió muy bien: los relatos de Sergio Gaut vel Hartman, Eduardo Abel Giménez, Raúl Alzogaray, Elvio E. Gandolfo y Tarik Carson son excelentes. Los del primero y el último los comentaré en textos individuales: son los mejores del libro.  Eduardo Abel Giménez narra en Quiramir una historia de visitas guiadas a un lugar en el que hay mucho que ver, disfrutar y acaso padecer. Está muy bien elegida la primera persona y es muy plausible el decurso de la historia, en la que vibra la emoció

Tarik Carson: La garra perpetua

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Relato incluido en el valioso libro Latinoamerica fantástica , con una acertadísima selección de Augusto Uribe, y que cuenta una historia con una prosa y un ritmo propios (de discurso con un tono que envuelve progresivamente, sin fisuras ni espacio para la deserción lectora) y una manera de hacer muy personal, en la que el lenguaje y las palabras elegidas son decisivas pero están en todo momento al servicio de la historia, sin rupturas ni envanecimientos puntuales superfluos. Hasta ahora nunca había leído nada de este autor, lo cual lamento, porque este cuento revela un talento y una independencia fulgurantes. Crítico con garra, analista agudo y señalador de defectos sin componendas, Carson mete el dedo en la llaga de lo que hay en el alma oscura del ser humano con este relato en el que se habla de clases sociales, de ascenso y temor a no ser nadie mediante la ascensión de uno de abajo que no quiere nunca más serlo, una vez que ha subido peldaños. Es un relato de ciencia ficción,

Sergio Gaut vel Hartman: Los trepadores

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Es un relato que está muy bien escrito, con una narración en primera persona que muestra un distanciamiento efectivo para que entremos en esta historia de unas personas que suben un día en un ascensor y ya nunca bajan de él, pues la ascensión es inacabable. Hay un fino humor apenas manifiesto y la sensación de extrañeza inevitable está mostrada de una manera clara, tranquila, nada sensacionalista. Es lo que hay, dice sin decirlo el narrador, que no carga las tintas tampoco en ningún oscuro fatalismo ni en ninguna indiferencia fría: quizá viajen en el tiempo, quizá alguien se ha vuelto loco, quizá todos los que van en el ascensor han sufrido algún mal inesperado. O quizá todo es como es y hay que asumirlo sin más.  Este tipo de ciencia ficción -que quizá no abunda, pues como ya sabemos casi todo el que escribe piensa en hacer novelas y no en entretenerse con relatos, que rentan menos- en el que se aprovechan elementos comunes y se deja a la imaginación libertad para interpret

José María Merino: Cuentos del Barrio del Refugio

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Estos relatos son variaciones sobre temas ya conocidos, en ellos no hay ninguna melodía nueva, y sin embargo su creación es profunda y revitalizadora, obra de una mano sincera y a ratos maestra, debido quizá al amor acendrado por la materia con que trabaja José María Merino, a su pasión dignificadora y contagiosa por una literatura de misterio y fantasía que en no demasiadas manos ha dado frutos serios y dignos de estudio. No en vano, Merino es académico y su libros son altamente valorados por la crítica y por los que bucean en el origen y el significado de algunas selectas narraciones. Contribuye sin duda el estilo transparente, de largo aliento y ejemplar nitidez de que se vale el escritor, su prosa de amplios recursos y vocabulario proteico, la intención siempre clara de no empantanar ni hipnotizar con las palabras, sino con el todo resultante de cada historia. Tiene actualmente José María Merino la consideración de los grandes - desde la publicación de esa obra maestra que

Ebooks

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El libro electrónico ha llegado parea quedarse. Como la fotografía digital. Decían los viejos fotógrafos, los jóvenes amantes del papel que pasarían muchos años antes de que lo digital se convirtiera en soberano. Todos renegábamos. Y alguien dijo: ¿qué le importará a un muchacho que nazca dentro de cien años si la foto fue tomada con una cámara de un tipo o de otro? Lo importante es el contenido. Y acertó.  No desaparecerán los libros de papel. Quedarán como recuerdo, para coleccionistas y para amantes de algo que existió. Los muchachos leen en pantallas, los blogs están pensados para ser leídos en pantallas, cada vez más autores publican sin intermediarios -sin editoriales de por medio-, la cultura ya no es tan vertical como querían que fuese los que ocupan el poder, los que quieren siempre ser los sancionadores de lo bueno y de lo malo. No poseo ningún ningún lector de libros electrónicos, no me gusta tener que darle a un botoncito para pasar a la siguiente página, temo qu

A propósito de Ray Bradbury (vacunas contra el cinismo y el nihilismo)

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Pasado ya mucho tiempo desde la fecha en que se publicó Crónicas marcianas , es innegable la consideración de clásico de este libro. Como apuntaba en su comentario de la anterior entrada mi amigo Francisco Machuca , Bradbury aborda temas muy variados que después hemos ido viendo en nuevos acercamientos tanto por parte de guionistas de cine como por escritores reputados y artífices de creaciones muy leídas y muy comentadas. Sin embargo, y sin desdeñar esto, lo más importante sigue siendo, a mi juicio, la mirada moral y humanista del viejo escritor, su sensibilidad para no crear temas menores, personajes de un solo uso, historias de vano lucimiento. Bradbury escribe por necesidad, y se nota: como a los mejores autores, las historias le vienen de dentro, le nacen , no brotan raras y solas, no son creadas por una mente esforzada y cavilosa. Piensa mucho y bien nuestro querido escritor, pero en la esencialidad de sus relatos vemos la claridad de su pensamiento, la sencillez de su

Ray Bradbury: Crónicas marcianas

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Dice Jorge Luis Borges en el excelente prólogo que escribió para este libro que toda literatura es simbólica. Qué gran verdad. No menos reales son los personajes de una novela realista que los personajes de una novela fantástica: si sus vidas imaginadas prenden en la imaginación del lector, son igual de válidos y creíbles, igual de memorables.  Ray Bradbury escribió uno de los mejores libros que yo he leído, este Crónica marcianas , hace ya muchos, muchísimos años. No importa que algunos detalles digamos de ciencia ficción nos parezcan obsoletos, vistos desde nuestra actualidad tan entregada a lo tecnológico, porque lo que Bradbury pretendía contarnos no era una historia espacial, sino una historia moral, poética, intensamente imaginativa. Y, como lo consiguió, logró hacer de este libro algo imperecedero. Compuesto por una sucesión de breves relatos en los que pocas veces repiten presencia personajes de relatos anteriores, Crónicas marcianas narra la llegada del hombre a otr

Ursula K. Le Guin: El nombre del mundo es Bosque

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Ursula K. Le Guin es la mejor escritora de ciencia ficción que conozco, la que mejor se maneja con el lenguaje y la que dota de mayor sentido a la llamada ficción especulativa con sus historias firmemente asentadas en estudios sobre el hombre y sus costumbres. El nombre del mundo es Bosque , por supuesto, encierra un relato cautivador y atrayente. Pero, además, es una gran meditación sobre la colonización, sobre las costumbres de los que no tienen una cultura predominante, sobre el odio y el amor.  Con su mirada dura y comprensiva a partes iguales, la escritora californiana narra el encuentro de dos civilizaciones, dos maneras de entender la vida y la muerte en un planeta al que los seres humanos han llegado buscando material vivo para llevarlo a una Tierra herida: árboles. No se paran los conquistadores a pensar en el daño que hacen en ese planeta ni a sus habitantes primeros, a los que además tratan como a semiesclavos, dado su pequeño tamaño y su apariencia