George R. R. Martin: Choque de reyes: Voz interior

 


   Mejora mucho el interés de la novela que haya más pensamientos de los personajes en el texto, pues son un complemento perfecto a lo que está ocurriendo y centran aún más la perspectiva en el personaje que protagoniza el fragmento. Con Cressen es esencial, pues sin sus pensamiento no entenderíamos bien sus acciones ni tendríamos ante nuestros ojos la emoción que rige todo el capítulo hasta su desenlace duro, muy propio de Martin. Con estas meditaciones, muy bien dosificadas y muy reveladoras siempre, la novela gana en enjundia y en realismo, es más completa y más viva, pues a la narración en pretérito le sientan muy bien esos pensamientos sobre la marcha. Martin crece como narrador, su novela es mejor y más emotiva aún que la primera del ciclo. La última frase ("ojos rojos rojos rojos") de la primera secuencia es absolutamente genial. 

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