Matilde Asensi: El origen perdido: Hospital

 


    Me gusta ver en este libro que hay una escritora de raza en él, alguien que sabe ponerse en la piel de otro e insertar pensamientos y sensaciones en la narración del personaje que son de cosecha propia pero encajan a la perfección en la vida y aventuras de un personaje de ficción. Cuando vuelve al hospital en que está ingresado su hermano, nos cuenta Arnau que, a pesar de haber estado solo una vez antes en aquel lugar lo siente "como una prolongación de mí mismo, como un recinto familiar". Esta aguda introspección abre la mente del lector a experiencias parecidas y a recuerdos semejantes, define muy bien qué es tener a un familiar enfermo en un hospital, sitio que solo se visita por obligación pero que pasa a ser muy pronto algo que forma parte de uno, que es uno en tanto en cuanto en su interior hay alguien que es de uno. Como digo siempre, el mayor valor de la novela es la capacidad de generar empatía, de traernos ante el papel lo vivido por nosotros los lectores en un segundo, emparentando realidad y ficción en una sola cosa de una manera misteriosa e irrechazable. 

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